Ideas para aprender a existir
A veces siento que soy un rejunte de cosas inconexas. Como si cada parte de mí la hubieran moldeado otras personas, con sus propias reglas, expectativas y su idea de lo que está “bien” y de lo que “vale la pena”. La mayor parte de mi vida me sentí como un extraño dentro de mi propia piel. Porque… ¿cómo explicás no conocer el límite de tus propios miedos, de tus sueños, de tus gustos? ¿Cómo explicás quedarte callado cuando te preguntan “¿qué te gusta?” y darte cuenta de que no tenés una única respuesta que te identifique? La fascinación me dispersa. Ni siquiera puedo decir cuál es mi comida favorita sin pensar en cómo va a sonar. Suena una boludez, pero me recuerda lo desconectado que a veces estoy de mí mismo —como si todo en mí fuera aprendido, ensayado, como una frase que me sé de memoria pero que nunca terminé de entender. Es como si hubiera pasado toda mi vida actuando una versión de mí que fuera más fácil de aceptar para los demás. Me dijeron qué era el éxito, qué sueños val...