Entradas

Todavía acá, intentándolo.

  El sábado me desperté a la mañana con un montón de “qué pasaría si…” girando en la cabeza. Es increíble cómo la mente empieza a sobrepensar apenas abrís los ojos, ¿no? Pero bueno, me dije a mí mismo: “Tenés que seguir. Otra no hay.” ​ Me lavé los dientes, me puse lo primero que encontré tirado por ahí, y me preparé unos mates rápido. Boludié un toque por las redes, leí dos páginas de un libro, barrí el piso, lavé los vidrios y, a punto estaba ya por deprimirme cuando decidí telefonear a un amigo. Hoy en día, hasta para hablar tenemos que coordinar horarios. ¿En qué momento nos volvimos tan ocupados? En la secundaria, aparecíamos en la casa del otro y listo!.​ Finalmente, atendió, y la verdad es que ni hablamos de nada profundo. Charlamos de pavadas: cosas que pasaron en la semana, anécdotas tontas del día a día y un poquito de política. Fue tranquilo. Sin presión, solo estar ahí, aunque sea a través del teléfono.​ Y tal vez ese sea el punto, ¿viste? Estar. Aparecer. Aunque todo s...

Ideas para llenar un vaso roto

  La habitación está en silencio, pero mis pensamientos gritan. Chocan contra las paredes de mi mente, una sinfonía caótica que solo yo puedo escuchar. Cada rincón está abarrotado de cosas que no puedo dejar ir: arrepentimientos, dudas, sueños a medio terminar que ya no sé cómo sostener. Me siento en medio de todo eso, con los brazos alrededor de mis rodillas, intentando hacerme lo suficientemente chiquito como para desaparecer. Pero no, sin importar cuánto espacio ocupe, el peso del vacío me aplasta como una niebla densa y sofocante. La gente me pregunta por qué estoy tan callado. Bromean diciendo que debo estar perdido en profundas reflexiones. Pero, ¿cómo explico que mi silencio no es tranquilo? Que es una batalla contra el ruido que no sé como apagar. Es raro, ¿no? sentirse tan pesado y tan hueco al mismo tiempo. Como llevar el peso de todo el mar, mientras el corazón y los pulmones parecen conchas huecas, gastadas y frágiles, resonando en forma aislada dentro del eco de su pro...

Ideas para soltar el sufrimiento

  Hace exactamente dos años me compré y leí Una Nueva Tierra: El Despertar de tu Propósito de Vida de Eckhart Tolle, y su impacto en mi vida podría decirse que causó bastante efecto. Me hizo replantear la forma en que me veo a mí mismo y cómo me relaciono con el mundo.  Con el tiempo entendí que los libros o las ideas te encuentran cuando realmente estás listo para recibirlos. Así que para celebrar este aniversario personal, volví a revisar mis subrayados, y quiero compartir algunas de mis frases favoritas, junto con la lección más importante que aprendí: aceptar el rol que jugamos en nuestro propio sufrimiento. Según el chabón, gran parte de nuestro sufrimiento surge de la identificación con el ego —esa construcción mental basada en nuestra historia personal, pensamientos, emociones y roles sociales— y de la resistencia al momento presente. El ego también genera lo que Tolle llama el “cuerpo del dolor”, una acumulación de heridas emocionales no resueltas que alimentan el sufr...

La música que escucho

  Kurt Vonnegut escribió lo siguiente: No importa lo corruptos, codiciosos y desalmados que puedan llegar a ser nuestro gobierno, las corporaciones, nuestros medios de comunicación y nuestras organizaciones religiosas y caritativas, la música seguirá siendo maravillosa. Si alguna vez muero, Dios no lo quiera, que éste sea mi epitafio": «La única prueba que necesitaba para la existencia de Dios, fue la música». Me pasó algo raro que, cuando te lo cuente, te vas a reír, porque en realidad no es tan raro, pero me sacudió de la especie de nube negra en la que estuve metido durante semanas, si no meses: me junté con alguien optimista. Pero no de esos optimistas salames que repiten frases hechas. No. Un optimista posta, de verdad. Un tipo que realmente ve lo mejor de las personas y cree en nosotros como especie. Yo suelo inclinarme por ver lo bueno en los demás, incluso a veces más de lo necesario, creyendo en la capacidad de la gente para cambiar. Pero en los últimos años vi demasiado ...

Ideas para (no) rendirse a tiempo

  Cuando los griegos conquistaron Judea hace unos miles de años, estaban completamente obsesionados con el deporte. Igual que hoy, la popularidad y el prestigio dependían de qué tan lejos podías arrojar algo o qué tan bien podías pelear contra otro tipo. Naturalmente, los judíos quisieron sumarse a la movida. Querían ser atléticos, integrarse, ser parte de la onda helénica. Así que construyeron un estadio para entrenar y competir. El problema era que los griegos (los varones) competían desnudos y, para los judíos, esto representaba una complicación bastante incómoda porque no había manera de ocultar su circuncidada identidad. Y, al parecer, era algo que en otras situaciones se podía disimular, pero ahí, en plena competencia, no había cómo. Entonces, en un intento extremo de encajar, algunos hombres judíos decidieron revertir su circuncisión. Sí, leíste bien. Esto fue varios siglos antes de Cristo, así que no hace falta demasiada imaginación para asumir que el procedimiento era todo...

El reflejo investigador

  Cada vez que notamos un cambio a nuestro alrededor, nuestra atención hace foco en él. Y no somos los únicos en reaccionar así: en el mundo animal, esta respuesta es clave para la supervivencia. De hecho, este principio permitió a mi tocayo Pavlov desarrollar su famoso experimento con perros. Pavlov logró que los perros comenzaran a salivar al oír una campana, simplemente porque había asociado ese sonido con la comida. Lo hizo repitiendo el mismo patrón varias veces: primero la campana, luego la comida. Con el tiempo, el sonido bastaba para generarle el chorreo de baba. Pero hay algo que la gente no sabe. Pavlov solía invitar a colegas a presenciar sus experimentos, pero muchas veces, cuando alguien nuevo entraba a los caniles, los perros no reaccionaban como se esperaba. Lo mismo pasaba cuando movían a un perro de un ambiente a otro. Hasta que un día Pavlov entendió la razón: los bichos se distraían con los nuevos estímulos y desviaban su atención de la campana. A este fenómeno l...