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La libertad también cansa

Con los ojos cerrados agarrá un libro de historia; casi con seguridad vas a encontrarte con que la libertad siempre fue algo sumamente deseado por los seres humanos. A lo largo de la historia se luchó —y se sigue luchando— para conquistarla. En muchos lugares la gente arriesga su vida para ser libre. Pero cuando uno baja esa idea a lo cotidiano, a la vida concreta de todos los días, la cosa se pone más compleja. El jueves fui a una charla para inmobiliarios con el economista Pablo Viti. No fue una de esas charlas motivacionales que repiten eslóganes vacíos. Al contrario, fue honesta, concreta. Se habló de vínculos, de empatía, de escuchar. Pero entre líneas, lo que me quedó resonando fue algo que no se dijo explícitamente: la libertad. Esa libertad que tiene el que trabaja de forma independiente, que diseña su agenda, elige sus proyectos, decide con quién trabajar. Libertad total. Y sin embargo, no siempre fácil de llevar. Cuando se trabaja en relación de dependencia, aunque tenga mil ...

Agua, tierra, fuego y no sé qué más.

Hace unos días, viendo un documental en NatGeo sobre los cuatro elementos (fuego, agua, tierra y no me acuerdo qué más) decían que el agua alcanza su mayor densidad a los 4°C.  Es uno de esos detalles de física que uno aprende en la escuela pero después se le borra de la cabeza. Lo curioso fue que ese dato, tan chiquito, me quedó dando vueltas varios días, quizás porque justo en ese momento estaba leyendo El poder del ahora , de Eckhart Tolle que me prestó Yamila. Todos sabemos que una piedra es más pesada que el agua, pero pocos recuerdan que el peso del agua cambia con la temperatura, aunque el volumen sea el mismo. Es una diferencia mínima, pero real. Por ejemplo, un litro de agua pesa menos (958 g) cuando hierve, y se va volviendo más pesado a medida que se enfría, hasta llegar a su punto máximo (1000 g exactos) a 4°C. Luego, si baja más, vuelve a alivianarse un poco. Esto que puede parecer insignificante es vital para que los peces sobrevivan en invierno. Como el agua más dens...

Autocuidarse no es egoísta

Aclaración básica: Cuidarte a vos mismo es como recargar energías para poder estar bien y rendir mejor en todo lo demás. En serio. Cuando uno está equilibrado, todo fluye mucho mejor. Aclaración importante: Cuidarte no significa que estés evadiendo tus responsabilidades ni que seas mala persona con los demás. Puede ser dedicar un rato a algo que te gusta, a tirarte en el sillón cuando estás cansado, o incluso aprender a decir que no cuando las cosas te superan. Esas pequeñas decisiones hacen una gran diferencia: te bajan el estrés, te levantan el ánimo y te ayudan a reconectar con vos mismo. Y créeme, cuando estás bien, eso también le hace bien a los que te rodean. Así que, la próxima vez que sientas que necesitás desconectar un poco, hacelo sin culpa. Tenés tanto derecho como cualquiera a darte ese respiro. Cuidarte no es egoísta: es la mejor forma de estar presente con energía, amor y buena onda para vos y para los demás. Aclaración fundamental: A la gente le cuesta verte bien. Es as...

Ajuste alzado

  Qué bronca me daban las frases “querés quedar bien con todos” o “sos un boludo útil”. No sé si me jodían tanto por lo verdaderas que eran o porque me negaba rotundamente a reconocer que yo era así. Pero bueno, ¿alguna vez te molestó que te digan que sos de complacer demasiado a los demás? ¿O que simplemente sos alguien con empatía, con buen corazón, y con cierta debilidad por las personas que la pasan mal? Si es así, te entiendo. A mí me costó un montón darme cuenta (o admitir, mejor dicho) que durante toda la secundaria y parte de la facultad fui un flor de pelotudo. Y lo peor es que recién me cayó la ficha en una de esas tantas tardes en las que manejaba para llevar a una amiga “muy cercana” de vuelta a su casa. Sí, otra vez. Y digo amiga entre comillas porque -bien lo estás suponiendo- yo quería algo más que su amistad. Me gustaba, me atraía. Y eso también fue parte del problema: ese deseo me hizo justificar un montón de actitudes de mierda de su parte, como si el premio por l...

El invierno tan temido

  Ahh, junio… qué mes tan extraño sos. El frío ya no se esquiva: traspasa las ventanas, se cuela por las rodillas y te obliga a recogerte, a acurrucarte, a bajar el ritmo. Las mañanas son grises, el sol sale tarde y se va temprano, como si también tuviera ganas de quedarse en la cama. Los árboles están quietos, como tristes y, si acaso fuera poco, llega el hombre con sus podas. Es brutal ver cómo las ramas caen, una tras otra, cortadas con precisión pero sin piedad. Lo que hasta hace poco era verde y lleno de vida, deja esqueletos pelados, vulnerables. Hay algo en junio que me duele, que me enfrenta con esa parte de la vida que prefiero no mirar: la del soltar, la del perder, la del prepararse para el invierno más temido. Camino por la calle y veo hojas secas mezcladas con ramas recién cortadas, como si la naturaleza estuviera diciendo “dejenme de joder”. Y sin embargo, en esa tristeza hay una sinceridad brutal. Junio no finge. Junio te muestra lo que es: frío real, sin caretas. Ll...

Ideas para cosechar trofeos

  A veces me veo como queriendo demostrar algo. Como si tuviera que justificar quién soy o lo que valgo a través de logros o resultados. Pero ¿y si en vez de intentar probar lo que soy capaz de hacer, me enfoco simplemente en mejorar un toque cada día? Esto me lo planteé por primera vez hace uno o dos años, cuando Felipe me preguntó cuántas copas había ganado en mi vida. Fue re duro para mí tener que admitir que en más de 50 años había cosechado apenas un premio en un torneo de tennis, un segundo premio en uno de paddle, y otro segundo premio en un torneo de truco barrial. Pero en aquel momento lo pensé así: yo soy lo que soy ahora, con mis logros y mis fracasos, no tiene sentido que te detalle todas las que pasé. Entre las copas y las derrotas soy lo que observás y oís de mí. No se trata de brillar ni de coleccionar éxitos ni trofeos. Se trata de crecer, de aprender, de acercarme cada vez más a una versión de mí que me haga sentir en paz. Cuando cambio el objetivo de demostrar por...