Refugio íntimo de paz

 Con la idea de salir un poco de mi zona de confort, este año comencé a dar clases de música en el Centro Pedagógico de mi ciudad. Esta mañana me tocó el grupo de chicos de entre 10 y 12 años. 

Hace unos cuatro o cinco años, participé de un diplomado en coaching ontológico. Fue algo corto, unos 8 o 12 encuentros. Me gustó bastante y aprendí varios truquitos que me siguen siendo de utilidad. En la primera o segunda clase, el master coach escribió en el pizarrón una frase tipo: adoptá una actitud “caórdica”. Mi memoria anda flojita y no me acuerdo ni de cómo me llamo, pero siempre recordé esa palabra. Recién me fijé en el Google y parece ser que está de moda utilizarla en el ámbito corporativo. Viene del inglés “chaordic” y es la fusión del caos + orden: caórdica.

Pero bueno, en esas clases de coaching hablábamos de fusionar polaridades, “debemos aprender a cambiar la O por la Y”. “Una persona puede estar feliz y triste al mismo tiempo”, decía aquel maestro Yoda. 


Esta mañana, una de mis alumnas se refirió a su compañero Pablo como “inteligentemente estúpido”. Antes de intervenir, observé la reacción del compañero, que no se ofendió y, es más, de hecho, le hizo gracias y hasta dijo estar de acuerdo. Los chicos parecen entender este concepto con mayor facilidad.

Nunca había dado clases de música, pero este grupo de niños me recuerda mucho a las orquestas sinfónicas. Sobre antes de empezar el concierto, cuando afinan los instrumentos. Cada uno hace la suya, cada quién escucha su propio mundo, sus propios instrumentos. Y a los cinco o diez minutos, empieza a surgir la música. Entre todo el caos, el orden. Y eso ocurre en todas las clases, tocan todos juntos y no se comprende nada. Hasta que empieza la magia.


Aprendo de esto que el caos es algo muy relativo y que el orden es un concepto un tanto utópico aunque necesario; y es también un trabajo interno. Si no nos resistimos, podemos aprender en medio del caos, escribir con música fuerte y poco a poco ir construyendo ese tan ansiado… 


refugio íntimo de paz.

Para seguir leyendo...

Ideas para sacarle la ficha a alguien

El valor real de las cosas

Ideas para participar de un concurso

Ideas para pensar mejor

Una rata muerta

Doña Prudencia, la providente