No todo el mundo importa

La posta es que no a todos les caigo bien, pero ¿sabés qué? está perfecto, porque no todos importan. Yo no me levanto a la mañana para agradar, me levanto para construir, para laburar, para convertirme en el hombre que me prometí ser en esos días donde lo único que había era presión, dudas y sueños silenciosos que gritaban más fuerte que cualquiera alrededor. Este camino que estoy recorriendo no es para cualquiera, y no llevo a cualquiera conmigo.

Me fui de charlas que me drenaban, salí de lugares donde tenía que achicarme para que otros se sintieran cómodos y solté gente que no tenía mi misma visión, porque subir cargando peso muerto es la forma más rápida de caerte. Si no ves las horas que meto, las batallas que peleo puertas adentro, y los sacrificios que hago cuando nadie mira, entonces tu opinión no pesa en mi mundo. A la gente le encanta hablar: van a cuestionar tu silencio, tu ausencia, tu disciplina y van a etiquetarte de agrandado, frío o distante, sin entender que no soy insensible, estoy enfocado; no soy frío, soy estratégico; no soy maleducado, soy real.


El hombre en el que me estoy convirtiendo no persigue gente, atrae oportunidades. No se queja de que no lo entiendan, se afila en la soledad. No discute, labura más que todos. Ya no intento demostrar nada: ni a los compañeros que pensaron que ya había tocado techo, ni a las historias del pasado que creyeron que me iba a quedar estancado. Están mirando, están scrolleando, se preguntan qué me pasó… y no pasó nada: decidí. Decidí dejar de achicarme para entrar en moldes ajenos, dejar de estar disponible para gente que nunca estuvo de verdad y dejar de regar plantas muertas esperando que florezcan.


No voy a mentir, a veces es un camino solitario, pero en el silencio es donde los de verdad crecen, donde se construye poder y el aura se afila como un cuchillo. Para los que sienten esto, los que caminan con fuego en el pecho y propósito en los huesos: cabeza en alto, círculo limpio y nunca mendiguen ser entendidos. No necesitás caerle bien a todos, necesitás que te respeten los correctos. Y si sos como yo, ya estás demasiado ocupado construyendo tu imperio como para vivir reaccionando.


Te invito a transitarlo juntos, pero eso sí: no apuremos al mundo ni le pidamos permiso; caminemos y… 

que el tiempo 

haga 

lo suyo.




*Si tenés una idea o un proyecto y te gustaría que lo revise mandame un whatsapp y te doy free-feedback.


Para seguir leyendo...

Cómo sobrevivir a una caída

Las garras del león

Para que te midas

El Efecto Lindy

Ideas para no deber favores