Paja

 En ausencia de algo significativo que decir, muchas personas, como yo, hablan tonterías, repiten absurdos y crean estupideces. Es bastante lamentable. Otra cosa que resulta triste es la incontrolable necesidad, para muchas personas, de saberlo todo, sobre todo y para todo. Comentás sobre los beneficios de una planta y alguien comenta que ya se tomó un té de ella y que no le resultó efectivo. Hablás de un problema de salud y la solución que alguien encontró, y ella afirma que pasó por lo mismo pero encontró otra solución. Mencionás un plato delicioso y desconocido que probaste de casualidad, y ya viene alguno a decirte que ya lo comió y que le pareció muy amargo o que le causó acidez estomacal... Una verdadera paja.


Antes de que comiencen a llamarme por teléfono amenazándome, antes de que me rodeen en la calle para cagarme a palos, antes de que inicien un proceso por difamación y escrache por calumnias, debo aclarar que el "ella" que usé anteriormente se refiere a "la gente". No hay intención de género ni nada tendencioso o misógino... Es cansador tener que hacer esta aclaración, pero el refrán está más vigente que nunca: es preferible prevenir que curar. Además, hablar sobre cualquier cosa se ha vuelto altamente tedioso... Parece que pensar es un delito y que la copia, el estereotipo, lo superficial, lo convencional, lo que todo el mundo "cree" es más valioso... Una auténtica paja... ¡Ay, qué paja!


La misma paja que sentí ayer al intentar ver, aunque sea un fragmento, de lo que han convenido en llamar "debate" entre los candidatos presidenciales... De verdad que esta gente ha perdido por completo la noción de muchas cosas básicas, como la sinceridad, el compromiso, la inteligencia, el sentido común... No pude terminarlo. No lo veré. Como leí en varios portales hoy: más de lo mismo.


En momentos como este, desearía estar preso o tener más de 70 años para no estar obligado a votar nunca más... Ni siquiera vale la pena pagar los 50 pesitos de multa por no asistir, que según me tomé el laburo de leer en la Ley 26.215, lo recaudado es para financiar… ¿adivinás qué? ¡obviamente! los partidos políticos a través del llamado "fondo partidario". Uno de esos fondos interminables que solo sirven para alimentar la codicia humana, que al parecer se ha convertido en condición sine-qua-non para ser considerado "político". 


Ahí tenés; otra palabra que, de tanto usarla, vilipendiarla, desgastarla, despojarla de su significado, destrozarla y violentarla, ya casi no significa nada. Es más, hay candidatos empecinados en querer amarrar su significado a algo indeseable, corrupto, sectario, algo relativo a las castas. 


Pero bueno, yo no pierdo las esperanzas. Si pasadas las elecciones, la palabra sigue estando vigente, las personas que creen que pueden usarla impunemente tienen los días contados. No podré ver cuántos serán esos días, pero estoy seguro de que están contados. 


Adieu!