El valor real de las cosas

 ¿Cuál es la manera de darle sentido a las cosas? ¿Alguna vez te diste cuenta de lo angustiante que es cuando intentás hacer algo a lo que no le ves sentido? Y lo peor de todo es que te queda un sabor amargo en la boca, como si, encima, supieras que algo anda mal o puede salir mal. ¿Pero a qué sentido me refiero? porque claramente puede haber varias formas de sentido…


Lo más común es poner un precio a todo lo que hacemos y entonces preguntarnos: ¿para qué voy a hacer esto? y ¿qué estaré obteniendo a cambio?

Y he aquí el sentimiento más cruel: cuando no valoramos lo que hacemos porque la mayoría de las veces no implica un valor monetario. 


Hace un par de semanas leí un post de un blog amateur con pocas visitas (acaso como el que estás leyendo) que decía algo así como “creo que este es el final del blog”. No fueron exactamente esas palabras, pero el significado es el mismo. Era un breve post de despedida.


Al comentar aquel post me di cuenta de que su autor había perdido el significado del mismo. ¿Cómo descubrí esto? Porque comenté en la publicación algo así como “acordate de tu motivación cuando comenzaste el blog” y luego el chico simplemente desistió de cerrar su página. Obviamente hubo otros comentarios de apoyo en la misma línea que el mío, pero la cuestión es que creo que logró rescatar el sentido personal que le encontraba a escribir un blog.


Muchas veces iniciamos proyectos en nuestra mente y no los ponemos en marcha porque no creemos en su desarrollo ni en los resultados que puede generar. Esto se debe a que nuestra sociedad está intensamente entrenada para crear una ecuación, muchas veces inconsciente, en la que se busca un resultado que aporte algún valor a cambio de nuestro esfuerzo. 


Los primeros años de la escuela secundaria me costaron muchísimo; el hecho de no entender el alcance que tendría para mi vida estudiar francés, geometría o química hacía que asistir a clases me resultara un verdadero fastidio.


No estudiamos por estudiar, ni producimos por el simple hecho de producir. Siempre creemos que hay otras cuestiones más importantes en las que necesitamos centrarnos y dedicar nuestro tiempo.


Esto significa que lo que expresa quiénes somos se convierte en algo que a menudo está vacío y sin sentido.


Este fin de semana estuve escuchando bastante música de los Beatles. En especial repetí alocadamente las canciones de Revolver, uno de mis discos favoritos y acaso el álbum que lo cambió todo. Se dice que puede tratarse incluso de la mismísima cuna de la psicodelia, gestada por cuatro fumones en el momento más loco y “sin sentido” de la banda... 


Lo más probable es que sea eso exactamente lo que me agrada y el motivo que me mantiene feliz actualizando esta bitácora con pocas visitas: hacer un gran álbum de cosas que sólo tienen sentido cuando aprendés a darle sentido a lo que realmente importa. 


Adieu!


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