Ideas para desintoxicarse
Está bastante de moda decir que fulano de tal es “tóxico” o que es preferible mantenerse alejado de las “situaciones tóxicas”. Yo mismo lo he dicho algunas veces. Es como si lo malo estuviera siempre afuera, en lo externo, en otras personas ¿Y nosotros? Somos como ramitas doradas sin toxina alguna, que predican la paz mundial y vibran en la frecuencia acrisolada de las ondas estelares.
Pero no es así. También hay toxicidad en nosotros. En algunos, más trabajada a través de terapia, autoconocimiento, lectura o charlas de bar. En otros, más intensa, sin velos ni máscaras para disfrazarla. Me di cuenta de algunos de mis comportamientos y pensamientos tóxicos en esta semana de Pascuas.
No sé si es culpa de alguna alineación planetaria o algo así, para aquellos que creen en los astros, pero me sentí como en off-side. Me vi alimentando pensamientos saboteadores, egoístas, críticos. Me vi repitiendo patrones que no quiero repetir, que probablemente me hagan daño a mí y a las personas que amo.
Y fue justo hoy cuando me detuve. Hablé conmigo mismo, y escribí lo que estaba pensando en busca de entender por qué o de dónde venían tantos pensamientos limitantes. Creo que somos nuestros mejores amigos, pero si no hacemos el esfuerzo por entendernos, entonces ¿quién lo hará?
Mi psicólogo dice que la introspección es buena pero medio paja. Es como buscar un gato negro, de noche, y en una habitación totalmente oscura… pero con una linterna. De cualquier manera lo intenté y, una vez más, después de la conversación me sentí bastante más liviano.
Reconocí mi toxicidad, el ser humano lleno de defectos y miedos que soy. Y reconocí que las otras personas también son seres humanos que esperan, ¿porqué no?, solo encontrarse con la mejor versión de mí. Y tal vez, antes de juzgar la toxicidad de los demás, podríamos mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos: ¿no estaré siendo yo mismo acaso una copia del fulano tóxico?
Adieu!