Flamante

 Camino por calles que me son familiares y creo ser huésped de una ciudad de la que todo ignoro. Los frentes de las casas, las puertas, los árboles y los cables que cruzan las calles componen una realidad que desconocía. 

Aunque todo permanezca igual a sí mismo -me digo- el tiempo es otro, yo soy otro.

Pero también el mundo externo, siquiera levemente, ha cambiado. Según la hora, la temperatura, la quietud o la agitación del aire y la mayor o menor soledad de las calles, los barrios por donde paseo me parecen nuevos y sorprendentes. Ellos tampoco parecen reconocerme...  como si nunca nos hubiésemos visto.

Para seguir leyendo...

Ideas para abrir la puerta correcta

Mi opinión sobre ‘La transformación total de su dinero’ de Dave Ramsey

Ideas para lidiar con la pereza

Manifiesto al arte

Paja

Impronta